sábado, 22 de febrero de 2014

¿En qué momento utilizas la nube?

La computación en nube se puede aplicar en casi cualquier entorno: desde el pequeño comerciante que necesita un sitio web seguro de comercio electrónico de forma rápida y barata, hasta el operario de ferry que alcanza altos picos en su sistema informático en mayo y junio, mientras que el resto del año se encuentra prácticamente inactivo.
Su aplicación puede ser muy útil por ejemplo, para el servicio de bomberos cuando repentinamente necesitan más poder computacional para predecir movimientos de incendios forestales durante el verano.
Los servicios de la computación en nube cubren desde aplicaciones individuales de negocios, como el cálculo de impuestos, rentas o contribuciones, hasta la externalización informática de alto rendimiento para complejos diseños en 3D, películas de cine o investigación científica.
El cliente puede en todo momento decidir qué aplicaciones usar y elegir entre aquellas que son gratuitas y las que no lo son. En el caso de las aplicaciones de pago, el coste irá en función de diversas variables, como el servicio contratado, el tiempo que se ha usado ese servicio, el volumen de tráfico de datos utilizado, etc.
Tu e-mail es el mejor ejemplo de servicios en la nube porque tus correos, archivos adjuntos, contactos, etcétera, están en un grupo de servidores en internet y puedes usarlos desde cualquier lugar.

La gran ventaja de este tipo de servicios es que hoy en día ya no tienes que cargar con esos archivos en tu dispositivo portátil o en tu computadora de escritorio. Cuando necesitas consultar un e-mail, abres una página web y lo buscas, pero esos archivos no viven en tu computadora sino en la nube de computo. 



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